lunes, 9 de junio de 2014

Bosques II


Sería aire para embriagarme


Evoca mi memoria tan solo los sueños,
pues recordar si soy mujer, o piedra o aire
me apena.
Soy la holgazana decaída
que sabe hacer reír
para no tener que reír.
Para no tener que escuchar.
Que sabe hacer llorar,
para así poder llorar
y no tener que escuchar.
En las noches imagino correr
descalza un campo de margaritas,
lo imagino pues
mi memoria evoca tan solo los sueños.
Soy yo, sirviéndome de mis labios
para recitar aquello que no tengo.
Mi dolor ya no lo tengo
dejó de ser mío
una mañana bajo la alcantarilla.
Una mañana bajo la alcantarilla
observé la luna palpitar.
Un soplo delicado
derramaba sobre mi seno.
Extasiada la desgraciada,
arrojaba su dulzura,
como si de lunas no hubiese aprendido.
Tras la aurora de ese día,
culparía de mi pesar a toda noche.
Una vaga promesa emprendería,
cual muñeca de mi tamaño.
Una promesa, más no mía,
emprendió bajo el pesar de la noche.
Una promesa tal cual el dolor,
(que tampoco es mio)
se lanzó al aire para embriagarse.








No hay comentarios: