domingo, 14 de octubre de 2018

luz moteada


Del paralelo a muerte a la luz moteada
nos quedamos a compartir retazos
hacer del fuego una llama que acabe
gozar de tierra que no exista
para luego entramar del dolor un hoyo cosido
esa aguja enhebrada en porsiacasos
resignar el cuerpo encabronado
precisamente antes de su trizadura de plagio.
Así como el que quiere que persista
embarquillaba el día de noche
sostenía de redes sus roces
mezquinos guardados como si valiesen tanto
y ahora solo de sorbos
ahogados
como si pudiesen entre el fracaso
perdonar ese derroche.
Pero tu y yo en ese naufragio
-te cuento yo solía mover barcos-
pensamos siempre con ojos achinaos
como si hacer que nada consista
esquiva el derrame desconchado de espinazos.

jueves, 4 de octubre de 2018

por qué tanto la palabra, porque si tanto la palabra te inmiscuyes pronto para palabrearme en cuanto a lo que dije que iba a decir, entonces te digo que no, que no me esfuerzo, porque es algo que yo puedo poner en palabras no para que tu me lo repitas y me hagas pensar en la envidia, sí, lo digo para que el otro lo palabree así tal cual como yo lo dije y se le habilite un conocimiento sobre cuanto puede decir entre nosotros, entre tu y ellos, contigo y conmigo, pero tu tomas mi palabra para lanzarme no se qué torbellino y yo quedo sin palabras y él queda sin palabras y luego nuevamente ninguno de los dos decimos nada de lo que sentimos porque por qué tanto la palabra, y para qué tanta palabra cuando es mejor quedarse callado y evitar que alguien mal en-ti-en-da tus palabras que iban hacia un bien ulterior y fueron zanjadas básicamente en su sentido figurado, y ese objetivo no lo había presupuestado, jamás lo hubiese pensado, claro que no, solo quería que el otro no siguiera callando su dolor, mostrarle que puede no callarlo.