Me
sigue.
Siento
su mirada, penetrar en mi espalda.
Sus
ojos escapar,
para
adherirse
en
mí.
Como
un sueño que no fue compartido.
En
el que cargo en mis brazos,
los
restos que temen
la
soledad,
me
sigue.
La
siento,
a
veces sus manos.
A
veces un roce.
Suele
ser,
tan
solo, imaginación.
O
quizás algún recuerdo
de
cuando,
la
sentía.
Vuelve a mí,
para recuperar esperanzas.
¿Por qué te fuiste?
Jugaríamos eternamente,
a mirarnos y sonreír.
O podría verte
quizás,
crecer.
Crecer semillas
destinadas a la vida.
Cántame, desde mi interior.
No desesperes,
ante la ausencia del amor.
Yo estaría para tí
tu para mí.
No habría dolor.
Podríamos bailar,
sostendría tus manos.
Te
fuiste y ya no sé dónde estás.
Como
un pájaro que canta,
y
deja de cantar.
Canta
pajarito
que
vienes de aquí para allá.
El
sol te lo pide
pajarito
que vuela sin cesar.
Ya
no te veo pajarito,
te
esfumaste sin cantar.
Pues
a mí no me importa,
siempre
te voy a recordar.
1 comentario:
Yo tam-
bién
puedo hablar
así.
O más
bien,
escribir.
Es
bien
extenuante,
a decir la verdad.
Publicar un comentario