¿Cómo pienso en no dañarte
cuando en trizas ha quedado
mi cuerpo ya
incontables veces?
Tenerte tan cerca
sentir tu olor al fin concreto
y mutilarlo enseguida
por el recuerdo
de tu roce, tu respiro y tu dormir
-tan real como el nuestro-
en otra cama.
¿Cuantas veces
tomamos caminos separados?
tu a la dicha
de la adoración y el sexo.
Yo a la vereda
hasta asfixiarme
de mi dolor
escondido.
Escuchar tu voz
recitar en un poema
o ver en imágenes las cintas
de
aventuras,
viajes e incluso
despechos foráneos.
Soportarlo hasta que
mi oído rebote,
en campanadas
fijas y constantes
y sostenerte
mientras perezco.
Nunca nada mío
importó para mí.
Ser suficiente.
Suficiente para
ser amada,
no de una forma específica,
extraña
o exótica.
Solo ser amada
y que ese amor pretenda
escupir en la superficialidad
del conservarse
a uno mismo.
Pretenda
amparar nuestros brazos
-los tuyos y los míos-
y, juntos,
resistir
en la fe
de un amor
inalcanzable.
Abandonar
la codicia del poseer,
para impulsarnos
en una honestidad
que nos alcance
para siempre.
E incluso no
pretender que la suerte
o el destino
nos agrede,
si no
trabajar por
ser capaces
de batallar
en contra
del engaño.
Es ilusoria
Mi idealización.
¿Es quererse
o es quererse demasiado?
1 comentario:
Es no quererse
lo suficiente.
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