jueves, 9 de junio de 2016

Placer

En éxtasis fui condenada
hace unos cuantos minutos atrás
ha presenciar el placer
perecer.

Hace un tiempo atrás
a mirar, fui condenada,
las margaritas que planté
agonizar.

En secreto me susurro:
las sofoqué en agua
los días de primavera
para que no les faltase.

Es la intención siniestra
que origina mi actuar
de someter un alma impostora
a un dominio individual.

Y tras la condena luego,
con gozo observo
las margaritas, otra vez
marchitarse y caer.

En secreto me susurro:
las asfixié de sol
los días calurosos de verano
para que no les faltase.

Si de la bondad termino aplastando:
el germinar de una semilla,
el hogar de mi cuerpo
el capullo de un amor
inventado;

entonces solo me quedará querer
dócil
obediente y

sin dulzura.


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