sábado, 1 de marzo de 2014



Escucho tu nombre en silencio
callado pues se escapa de palabras
un ave germina en mi vientre
y es para tí.

Mis labios añoran besar la piel
que nunca alcanzé, más
las flores recitan todos los días
cantos hermosos para tí.

Hay un sendero todas las noches
que iluminado por fuegos
me obligo a seguir
y caigo en la gracia de tus manos
manos que
solo fueron para mí.

Escucho en el impulso de las aguas
tu voz cantándome dulcemente
y lloro pues,
yo debí cantarte a tí.

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