domingo, 20 de octubre de 2013

he engendrado mi planta de hogar
bajo los rayos de sol que cobran por sombras.
se escucha al tiempo adelantarse sin ninguna pregunta
que cuide de fuego en boca y de boca en fuego.
intensidad de paradigmas falsos
yo no alcanzo a darme cuenta.
pruebo como duele una vez más la suma en competencia
de un conejo y de una liebre que se parecían más de lo que creían.
uno tenía imaginación.

engendré también pequeños insectos verdes
que amenazan todos los días con
mutilar mi planta de hogar.
luchan contra mis manos que también han sido cortadas
hacía mucho tiempo.
el soplido de un viento agobiante
me avisa que ya es hora de aquello que
nunca quise y tanto añoraba.
me tocó reir del rayo eléctrico que una mañana
provocó la grieta
de unos ductos sanguíneos.

engendré el sueño de la planta de hogar
a la espera de que creciera
y no dejara de hacerlo.
todos los días la regué sonriéndole,
otra vez una canción y, en las noches le rezé.
no escribo un poema para anunciar
la simple pérdida de la bella planta.
si no pretendo mascar, las margaritas rasgadas.
que creían haber acumulado tantos más recuerdos
que cualquier otra flor que se hubiése arraigado
en el jardín.
pretendo mostrar todos los días, las pequeñas lagrimas
que en su honor resguardo.
pues sus hojas largas y puntiagudas están
para recordarme
que un pájaro negro sigue oculto en mi columna
y que aún debo cuidarlo
de los lobos y ardillas.

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