domingo, 12 de enero de 2014

La noche comió de entre sus huesos
alguna partícula perpleja
iluminada e incolora
angustiada rompe huecos.
Suenan los verdes misericordiosos
entierran de alma las penas.
Susana se destapa de las caricias
que muertas manos acometen contra ella.
Martes acalla su voz
su espiritu corre de boca en boca.
Perfecto cristal que no se quiebra
sostenido por un océano homogéneo.
Perfecta esperanza espectante que recorre
antiguas calles presuntuosas.
Y perfecto lo perfecto
bajo lo nubloso de mis ojos.
Escapa mi saliba
juega con los labios resecos.
Sola construyo el barco.
La tumba llora por dentro
mis manos lloran por dentro.

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