lunes, 27 de enero de 2014

En una laguna en añoranza
se sumergía la niña que,
sus rizos dorados quería cortar.
El misterio bajo las aguas
conquistó a la muchacha
y a la laguna.
Sus aguas se desbocaban cada instante
en que ella tocaba la orilla,.
La laguna cubrió un día a la
niña,
y si parecía tener secretos, estos
ya se habían esfumado.
Más la eterna laguna
con su agujero gigante
y un largo camino de años recorridos
se cansa de aquello que ha visto
quizás unas 20 mil veces.
La mujer sale de las aguas con sus rizos,
ahora cortos, ahora mujer.
Jurando amar por siempre a la laguna
por hacerla ser quien es.
Esperandola en la orilla.
Lanzándole besos en el espacio.
Ésta se estanca en la tierra
mientras la laguna fluye.

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