Admisión pacífica de lo inevitable
en ello reside la eternidad de su instante
es ella que deja su marca engañosa
es ella quien tiende a anularse
así, desmesurada y frágil
evocando
la mirada
del soñador diurno farsante.
(La estabilidad
es un movimiento
infinitamente negociable
el exceso de palabras calmas que bailan:
una ola; el atardecer; tu aliento)
En ello radica la eternidad de su instante
la escena reconciliada con
el caos
admisible:
no dejar emprender la pena
y dejar
siempre algo en cierto modo acabado en sí
un deseo desnudo
una piel de gallina
una mirada ausente
por ejemplo.
Pero sí,
es ella quien tiende a anularse
delicada se aferra a la tierra
para hacer de la vida un poema
que cubra de velos la noche
y trocará así su alma vencida
a quien por ella
cante
misterioso
cante
misterioso
esa obstinada rima
(esa que está permitida).
(esa que está permitida).
No hay comentarios:
Publicar un comentario