viernes, 18 de noviembre de 2016

Me mudo hacia la sota de corazones
para repetir palabras repetidas
sometidas y vacías al hablar de un poeta
que poeta no es sino vago.

Paso la carta a mi derecha,
sonrío como si el aire se hiciera de azúcar
acaricio la piel y pareciera que nunca lo he hecho
más se muy bien donde dejar la yema de los dedos

Sonrío tanto que parezco una idiota
mis ojos se derriten como curvas de seda
mi cuerpo amenaza con caerse de repente
y me sostienen sus manos como si lo necesitara

Pienso luego en elegir entre estación San Pablo o Los dominicos

o entre un beso o dormir acompañada. 
Pienso en mis palabras que hablan
como si bailaran hace mucho tiempo.


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