martes, 12 de noviembre de 2019

Fractura

Te teníamos adentro
nos hacía ser vacío
de postiza importancia
o de voz que asemejada a un grito
insoportable se callaba
como si detrás de tanta fractura
no quedara ya sino espacio de muerte
esa muerte que no, ya no es palabra
ni figura móvil colada,
es muerte que yace,
de repente amorfa en el cuerpo
como sustancia ausente
que es y no es nada


1 comentario:

Anónimo dijo...

Es 20 en la noche.
Llevo desde el 18 en su casa.
No puedo dormir
sin la ventana abierta, aunque
entre el viento helado.
Si la cierro escucho
cacerolas
y programas de radio
fantasmas.

Por la ventana se ven
y se escuchan
pasar los camiones verdes
sin parar
toda la noche
cada noche
desde el viernes.

Les grité pacos culiaos
y milicos culiaos
y a los cuarteles
y asesinos.
No sabía que podía gritar
tan fuerte
pero escuché mi voz
del otro lado de la calle
rebotando contra los edificios
quietos de esta ciudad
ahuecada.

No puedo dormir,
tengo el corazón acelerado
y se me aprieta, me incomoda
el viernes y ayer
y esta tarde
y ahora también.

Pasa de nuevo
el helicóptero