En cuanto te recuerdo; vacía.
mis ojos inmunes te lloran
día tras día.
Mi beso recuerda
amarga lencería.
Y la noche se esconde
de tí y de mí,
a veces, de nuestra apatía.
Así arrullo en mi brazo de cristal
20 piezas quebradizas
para adornar mi cuerpo; vacío.
Para impulsar mis pechos
a la sangre de prisa
cubrir mi cara con un manto
criar el sacrificio.
entibiar el agua sumisa
pues su reflejo en mi es un desquicio.
Asusto mi cuerpo y la ropa
que cubre solo en sus rosas
atrae tajante algunas hojas
bañadas en tristes rimas y prosas.
De la mano se cubren enteras
como si celebraran la primavera
de un dolor crucificado
un dolor de fuentes verdaderas.
Te recuerdo; me vacío
para tí lloro mi aire
para tí caigo al suelo
si tus ojos y los míos se cruzaran
rogaría al cielo mi destino.
Te recuerdo sin juicio
perdida.
Aplastada por estrellas marchitas,
secas
iluminada toda tu cara
provocando a las rosas
a que llenen un vacío.
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