martes, 18 de diciembre de 2012

Luz agotada en una noche especial.
El fuego prende el alma marchitada, de ciertas miradas. Yace ahí intacto. No lo puedo ver.
Entrego la flor como excusa de un baile que realizé hace mucho tiempo.
Llegar tarde cae en  una red de inútiles preguntas,
de las cuales alguna vez busqué respuestas.
La suerte ampara no sólo a quien la trae, si no a quien se escapa.
Llego tarde a la media noche, para ser observadora del fuego inescrupuloso que acecha las cenizas ya quemadas.
Entrego la flor en medio de la selva que agoniza por el calor. Se derriten.
La flor probablemente también lo hará.

No hay comentarios: