jueves, 30 de mayo de 2019

el acaso


Cómo pensar en ambos
cuando tus ojos embarquillados por el sino
no me dejan ni poder quererte tanto
achicando el fastidio de la vuelta al ocaso
que en breves segundos respira
para adentro para adentro irse
y nos obliga a preguntarnos
si acaso va a volver
si acaso no lo sabemos
y no
no me digas que no
que la ida permite un amor que no acaba
que el olvido te hace a ti sentir aliviado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando eramos chiques, pasaba los veranos jugando con mis primos en la casa de mi tía.
El segundo piso tenía una terraza con vidrios de invernadero.
En las tardes y cerca del ocaso, cuando el sol bañaba todo en tenue luz dorada,
nos acostábamos en el piso de cerámica
y mirábamos nubes o jugábamos cartas o hacíamos girar el globo terráqueo.

El patio lo recuerdo enorme, aunque probablemente no lo era tanto,
y al fondo vivía una selva indomada.
Ahí no se podía entrar sin el riesgo
de que los juguetes los devoraran por siempre el bosque y el barro.
Lo hacíamos igual, fuera para explorar o para escondernos
o para ambientar mejor las historias que inventábamos.

Meterse a esa mata espesa era pisar tierra siempre húmeda, resbalosa de musgo,
y sentir todo alrededor el viento en las hojas,
los anillos del tronco, el crepitar de la hiedra;
una jungla salvaje y a la vez acogedora.
Más que nada un olor penetrante, de alguna planta
que nunca identifiqué
pero que permeaba todo ese matorral.
Era dulce, fresco, terroso, añejo, pero no era ni menta ni ciprés ni ecualipto,
ni ninguno de los otros para los que hoy tengo nombre.
No sé si quiero ponerle nombre.

Ese patio, esa terraza, esa casa ya no existen.
Mi tía y mis primos sí, por suerte,
aunque ya no pasamos los veranos juntos.

Contadas veces, con años entre ellas,
paso caminando afuera de alguna casa bien vegetada y
siento de nuevo ese aroma inefable.
Cada vez es como un puñetazo en la cara,
y por los diez minutos que me quedo ahí inmóvil es verano
y estoy en cuclillas en ese jardín húmedo,
mirando por pequeñas aperturas desde adentro hacia afuera.

Pm dijo...

siento de nuevo ese aroma inefable.