martes, 19 de enero de 2016

No puedo dejar de asustarme
de mis ojos y los tuyos encontrados
para perderse en un infinito
desechado por algún límite.
No puedo hacer algo
cuando en mi mano sostengo la tuya
cuando podríamos llevarnos tan lejos
que no encontraríamos el camino de vuelta.
No puedo permitirme el llanto
que emana de mis ojos
y de los tuyos
preocupados.
Solo puedo acariciarte,
oler tu cabello mojado,
sostener tu rostro con mis manos
y luego mirar el vacío,
Solo puedo acompañarte
en una distancia tortuosa
para no volvernos locos
con nuestras
palabras.
Yo marchitada como las margaritas
secas y olvidadas
no te dejaría nunca
caer conmigo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Dejaría
que cayeras con otro
en la tierra húmeda
y lejana
del olvido sin atalaya,
sin marca,
sin regreso


?