domingo, 10 de enero de 2016

Atrás me quedo observando
bocas perderse en la tierra
bocas torturan raíces
por una sonrisa.
Es el rezo que soporto
por una felicidad deshonrada
partida en pedacitos
aplastada y hecha polvo.
Quisiera quedarme con algo
de aquello que pierdo pensando
cuidar el secreto de un tesoro
que prediga un grito profundo.
Y aún las palabras no bastan
y aún las palabras sobran.
Acoger algo insoportable
para darle la mano y un cigarro.
Como no dejarse caer
caer el cuerpo al precipicio
y buscar una verdad
que dure para siempre.
Como no cuidar un cuerpo
como quizás yo cuidaría una flor
sin tropezar con la suerte

de alguna mirada que tortura.

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