domingo, 29 de noviembre de 2015

Al infierno

Mi corazón- hoy quebrado
lo entrego.
En el infierno
hay un aire
que no juzga
una batalla 
de dolor que canta,
con una orquesta
de ángeles que
envidiosos observan
la inocencia.
La piel, mi carne,
no sucumbe
nunca
a una armonía del sentir
pues tan solo se quema
frente a los dioses
que enjuician
la forma bella de ver
la gracia.
Le entrego pues,
mi corazón de bondad
no al humano, si no al diablo
ya que en la mentira
está su verdad.
Un corazón que
nunca supo como flamear
flamear temeroso, precavido,
expeler el humo fundido
descompuesto, corrompido.
Un corazón que
en la entrega más hermosa
fue marchitado, hecho pedazos
cada pétalo que lo cubría prendió aún más el fuego
y cada persona a su alrededor

bailó sin pensar en un mañana.

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