lunes, 6 de abril de 2015

Aborrezco

Aborrezco
cuando silba
el pájaro, y llama
la pérfida envestida
que acontece su
pensamiento.
Porque ya cansada
de la inquietud
solo quiero
respirar
de
nuevo.

Más duermo
a tu lado
y ya no hay
pájaros que
silben patrañas.

Solo de tí
y de mí
envueltos
y entre lunares
apreto
para sonreír cada vez
por el beso
deprisa.

De prisa y
rápido
pasa el tiempo
como si en verdad
no pasara
como si estuviese
tan lento
como la música de un baile,
del frío, de alguna
briza.
Envuelvo como envueltos
ambos abrazados
en un juego de palabras
que juegan a jugar
jolgorios de
camisas.

Y vestido de camisa
me recuerda
que así olvido toda pena.
Olvido hasta el silbido
que acontece
punzante
como una herida que no cierra
o cierra para abrirse
deprisa.

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