jueves, 17 de diciembre de 2015

Incertidumbre

Crecer en la incertidumbre
no es siempre,
un mundo en el que
sucumbe en su final a  la destrucción.
La incertidumbre
a veces,
se inmiscuye
en los restos de pasado, que,
tan perfectamente adornados,
nunca pueden ser explicados.
La verdadera alianza
o el paraíso
no son mas que
la esperanza, suscitada por la incertidumbre
que recae en nuestros hombros
y nos envuelve,
nos amarra,
nos hace perder toda movilidad,
hasta gritar en el oído la prisión.
Más,
el rocío de la mañana
puede transformar el camino
perdido, en donde
nos encontraremos otro día.
Y ahí quizás en un momento
juntos
sufriremos la dicha del reflejo
de nuestra pena
plasmada en el agua.
Así caigo, caemos
en una trampa que,
solitaria,  engaña
y creo con voz en su realidad
hasta miramos
perdidos,
inalcanzables,
lejanos.
Y es que, la luz que dejo
atravesar mi cuerpo
cuando siento que ya no hay nada
mortifica.
La incertidumbre no es más que eso:
robarle al pasado una flor para mañana.


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