viernes, 5 de septiembre de 2014

Silencio

No se escucha el silencio
No se escucha el silencio
del agua rompiendo contra la arena
Solo un pequeño chirrido
del cielo
como si algo fuese a caer
hoy y mañana también.

Oscila el tiempo y
las nubes flotan
bajo un caudal de lirios magníficos.
Aún el vacío duele.

Quisiera sostenerte
para así entre mis manos
recibir calor.
Ánima de la vida
oculta por voces que
nuevamente no se atienen
al silencio.

Sostendría y abrazaría la luz
que sin querer encendiste.
Verte en la lejanía del mirar
en la lejanía del esperar.
Fundir mi corazón
abarrotado
en extrañezas necesarias.

Lejanía de alma
que mi vientre
cada segundo atrae,
cada hora.

Pronto
siento que el dolor
me hará olvidarte
como una ventana,
y un niño en el agua sentado.

Me espanto
Me olvido
Te olvido
Acabo.

Y si quisiera volver a sostenerte
en mis pensamientos
tan lejos estarías
tan lejos.

Es la tristeza más bella
es la noche en que
un cuerpo unido a otro
sucumbe y besa y llora y
suspira por lo que fue y lo que no fue.

Acabar y luego
en la agonía de una lenta
espera por la muerte.
Te recuerdo y me recuerdas
que en mi cargo tu vida.

Abrazaría el vuelo
de un pájaro
y con mis temblorosas manos
cubriría
tu mirada de la mía
otra vez.

Recuerdo atraviésame y
déjame estar
en tu sombra.
Girar en tu sombra
bailar en tu sombra,
aunque sea tu primer baile.

Una línea me separa de la incertidumbre
una canción triste
un vestido negro.
El silencio.

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